“Si pintamos por ejemplo la imagen de un bisonte, las almas de los bisontes que la hayan reconocido arrastrarán hacia ella todo el rebaño. De ahí las esculturas y las pinturas de las cavernas prehistóricas con su esmerado realismo. Así comenzaron en todas partes las artes plásticas. Mas si en lugar de una imagen inmóvil se ofrece, a las almas de los animales que se pretende cazar, el cebo de una imagen animada, se dejarán atrapar más facilmente. Los hombres se disfrazan entonces de animales, se revisten de una piel, se cubren la cabeza con una máscara esculpida, imitando, caracterizados de esta manera, los movimientos del animal que representan: su paso, su rugido, su manera de conducirse. Así comenzó en todas partes el teatro”.[1]
Luego de este nivel: la interpretación del mundo, el sacerdote, el rito, el acto de la comunicación entre los seres. De la esencia de esta cita sacamos dos puntos concretos que dan fundamento a nuestro teatro:
- El teatro nacido por necesidad auténtica
- El teatro nacido de la interpretación del universo particular en cada cultura
Ligamos estos dos puntos para afirmar que la esencia del teatro es: la comunicación, la expresión de ideas de los presentes para los presentes partiendo de una necesidad esencial, intrínseca, urgente.
Vemos pues la esencia del teatro en el presente.
Tanto en la germinación de un teatro que usa como materia prima el presente, es decir, la relación entre los individuos que realizan el teatro como la del entorno en que se desenvuelve; de igual manera, técnicamente, vemos la escena como el resultado de la presencia, la atención, la acción escénica, es decir el presente escénico mediante el cual podemos buscar accionar integralmente y entrar en contacto con los otros desde el cuerpo, la mente y el espíritu. Como dicen los discípulos de Stanislavski: “actuar sinceramente como si fuera la primera vez”.
Entendemos la organicidad en el teatro como la energía precisa para realizar una acción determinada, acción interna o externa. Y la entendemos también como un enfoque para hacer una anatomía tanto del intérprete como de la obra, en busca de un teatro integral que produce desarrollo personal.
Por esencia, por naturaleza, es un teatro basado en la experimentación, el comportamiento exploratorio, la creación colectiva, la colectividad como medio de producción, la horizontalidad; y que privilegia “el proceso” por sobre “el producto”.
Es un teatro abierto al teatro-danza-canto de todos las culturas, las épocas, las corrientes, es un teatro abierto a revisar el pasado para comprender el presente e intentar ver una luz, para planificar el futuro. Es esencialmente: teatro político.